Danzas peruanas aspirantes a patrimonio inmaterial destacan por su antigüedad

Por Agencia EFE – hace 2 horas

Lima, 12 nov (EFE).- Perú propondrá a partir del 15 de noviembre como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad dos tipos de danza, el famoso "baile de la tijera" y la huaconada, que sobresalen por su antigüedad y su valor simbólico.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) se reúne en Nairobi entre el 15 y el 19 de noviembre para actualizar su lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

De los dos mil bailes reconocidos en Perú, el ministerio de Cultura ha escogido como candidatos a dos, teniendo en cuenta las peticiones de las escuelas de baile, que han reclamado el apoyo de la Administración a la hora de presentar los expedientes ante la Unesco.

Los dos bailes han sido escogidos amparándose en su representatividad, valor simbólico, antigüedad y por ser patrimonio nacional, explicó a Efe Soledad Mujica, de la oficina de Registro y Estudio de la Cultura en el Perú Contemporáneo.

Ambas manifestaciones culturales comparten el haber nacido en la región de los Andes centrales peruanos, aunque difieren en su simbología: el baile de la tijera representa presumiblemente el rechazo hacia una cultura, mientras que la huaconada se explica como una ceremonia de control social, señaló Mujica.

Nacido en el sur de los Andes en las regiones de Apurímac, Ayacucho y Huancavelica (que forman el espacio denominado Chanka), el baile de la tijera toma su nombre del uso de unas placas de metal, de unos 25 centímetros de longitud, que el danzante hace chasquear a modo de tijeras mientras ejecuta sus pasos.

Entre abril y noviembre, y al ritmo de violines y arpas, los bailarines danzan por turnos gracias a la fuerza transmitida por los espíritus de las montañas (wamanis) y se retan mutuamente a imitar los pasos del anterior danzante.

Vestidos para la ocasión con trajes coloridos y bordados de oro y plata, los bailarines idean una serie de acrobacias, coreografías y pruebas físicas, que serán las que determinen, junto con la pericia del violinista y arpista, el triunfo de uno u otro.

Aunque su origen no está claramente establecido, los estudiosos conjeturan que sería manifestación de un movimiento cultural de resistencia del siglo XVI llamado 'Taki Onkoy', con el que los pueblos indígenas manifestaban su desaprobación ante la llegada de invasores.

Fue el escritor José María Arguedas, uno de los símbolos del indigenismo en Perú, el que dio a la danza su fama y la hizo pasar de mero acontecimiento festivo a expresión cultural.

La huaconada, por su parte, es una danza ritual que simboliza la vida comunal de los pobladores de Mito, localidad ubicada en la región de Junín (parte central del país).

Durante los tres primeros días del año, los habitantes de este valle salen a las calles para contemplar al huacón, un personaje de nariz prolongada y gesto hosco que deambula por las calles para imponer orden y salvaguardar las buenas costumbres morales.

Provistos de una máscara (el huacón), un látigo (el tronador) y una gran frazada, los personajes, que pueden ser antiguos o viejos, bailan con sus espaldas erguidas o encorvadas, dan pequeños saltos y doblan sus brazos ligeramente para apoyar sus manos en la cintura.

Las candidaturas peruanas a Patrimonio Inmaterial buscar formar parte de la lista de la Unesco, pero deberán competir antes con otras manifestaciones culturales de todo el mundo y aguardar hasta la próxima semana, cuando el comité de la Unesco anuncie en Kenia las nuevas incorporaciones.

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